Mi libreta.
Escribo en una libreta cada uno de mis días,
incluso aquellos que no merecen ser recordados.
Guardo mis recuerdos tristes y felices.
Guardo mis pensamientos dolorosos y motivadores.
Guardo también mil detalles.
La factura de un café de aquel día que fui feliz.
Me esfuerzo para crear una libreta que sea perfecta para mí.
Que tenga memoria para lo importante.
Que siempre le quepa espacio para lo inesperado.
Que olvide lo malo y lo haga distante al tachar algunas cosas.
Y así, poder continuar escribiendo en hojas blancas
los recuerdos nuevos que quedan por llegar.